El espacio de los profes
Hay que moverse más
Por Javier Olmedo
Toda actividad extra es beneficiosa y cuanto más nos movamos mejor. Sin embargo, siempre hay que empezar de a poco y es importante que resulte placentero y que no se sienta fatiga desproporcionada ni malestar físico.
El primer objetivo es aumentar la actividad física y para eso hay que aprovechar cualquier oportunidad:
- subir o bajar escaleras y evitar ascensores o escaleras mecánicas
- sacar a pasear al perro
- caminar para ir de compras o al trabajo
- bajar del colectivo o del taxi unas cuadras antes
- hacer más tareas en casa, como limpiar los pisos, tender las camas ó cortar el césped
Cuando nos hemos vuelto sedentarios, y hace un tiempo considerable que no realizamos ejercicio nuestro cuerpo se acostumbra a esta situación. Nuestros músculos se atrofian, los huesos se tornan más débiles, podemos aumentar de peso y perdemos la capacidad física. El comienzo de cualquier actividad física se torna difícil. Los primeros días sentimos fatiga, dolores o simplemente pereza; y abandonar aparece como una idea muy tentadora.
Pero si logramos superar estos obstáculos iniciales luego de unos días comenzaremos a sentir placer y bienestar, nuestro cuerpo estará más liviano, con más energía e incluso mejorará nuestro estado de ánimo. Ese es el verdadero momento en el cual empezamos a salir de la trampa del sedentarismo.
Lentamente nuestro cuerpo se hará más fuerte y terminamos de salir de la trampa cuando, por el bienestar que sentimos al realizar ejercicio, se transforma en una verdadera necesidad. Ya no nos fatigamos y disfrutamos realmente de esa actividad.
Mientras tanto es fundamental no lastimarse. Casi siempre en esta etapa, queremos hacer lo que hicimos “alguna vez”, y como estamos tan desentrenados comenzamos a sentir dolores en articulaciones, tendones, músculos, etc. Es fundamental es olvidarse de hacer las cosas como antes. Ir muy despacio. No hay apuro. Lo importante es escaparnos lentamente de esta trampa.
Antes de iniciar cualquier tipo de actividad física programada, se sugiere un control con un cardiólogo o deportólogo para que indique qué tipo de ejercicio es el más conveniente según el caso, la forma en que debe realizarlo y qué precauciones debe tomar.
Identificar si se encuentra dentro de un grupo de riesgo (diabético, anciano, con enfermedad cardiovascular, etc.) para que un especialista indique la actividad más acorde
- realizar un examen cardiovascular y ortopédico
- calcular el fitness previo
En base a estos tres puntos el especialista indica el plan de entrenamiento adecuado para cada persona.
- Búsque un "socio" que lo acompañe a ejercitar si le cuesta hacerlo solo
- Comience con caminatas de 10 minutos tres veces por semana o a diario y vaya aumentando de a 5 minutos hasta alcanzar los 30 minutos o más variando la velocidad del paso, pero sin llegar al trote
- Es igualmente útil ejercitar en una sola sesión al día que fraccionar ese tiempo en varias sesiones, por ejemplo, caminar 40 minutos seguidos o hacer 20 minutos por la mañana y 20 por la tarde
- El baile es otra alternativa muy estimulante
- La natación o la gimnasia en el agua son ideales para las personas con gran sobrepeso ya que en ese medio el cuerpo es más liviano y se libera a las articulaciones de un importante estrés mecánico. Con el nivel del agua a la altura del los hombros el peso del cuerpo se reduce de manera relativa en un 75% aproximadamente.
- Fortalecer los músculos también es importante: mantener los músculos en forma nos brinda fuerza y seguridad para desempeñar cualquier tarea cotidiana. Por otra parte la masa muscular es la que más combustible consume, hace que el metabolismo se eleve y se queme más calorías, lo cual contribuye, junto con un programa de alimentación adecuado, a mantener el descenso de peso.
- Que la actividad sea placentera. Único modo de darle continuidad a la actividad a desarrollar
Por esto y otros motivos más que cada uno pueda incorporar para estar mejor……
¡Hay que moverse más!